liga de la lujuria

liga de la lujuria

sábado, 26 de noviembre de 2011

Mantequilla


Solo él me derrite tan rápidamente, él con esa expresión de seguridad completa en los ojos.

Mientras yo juego a verme tímida ante sus ojos,  él se acerca a la cama y yo muevo los pies para que no los pueda agarrar, siento el corazón palpitar en la garganta y él sigue acercándose poniendo una mano en la cama y después la otra; y yo sigo jugando, lo miro y el sonríe y le devuelvo la cómplice sonrisa.

Me coge de los pies y yo pego un grito entretenido y me jala hasta donde podamos quedar cara a cara, mirándonos directamente a los ojos y podamos besarnos despacio, sin prisa; yo enredo mis brazos en su cuello y él busca con sus manos muy lentamente mis senos para apretarlos, para después abandonar mis labios y posarlos en mi pezones con los cuales se distrae mientras yo lo cojo por el cuello y respiro rápidamente en su oído a causa de los movimientos de su lengua.

Pasea sus labios por todo mi pecho, bajando hasta mi vientre donde se entretiene con mi ombligo, su lengua dibuja círculos y sus manos me cogen fuertemente de la cadera jalándome hasta el borde de la cama y dejándolo a él fuera de ella, de cuclillas en el piso; con sus manos en mis rodillas, va bajando sus besos hacia el sur y mientras sus manos separan mi piernas yo me retuerzo sobre mi espalda saboreando lo que está a punto de venir.

Mientras el pierde la cabeza entre mis piernas yo estoy a punto de perder la mía del placer; entre mis gritos ahogados y su rápida respiración el tiempo se hace eterno, mientras él hace maravillas con la lengua yo acaricio sus cabellos, me doblo una y otra vez, y él solo quiere escucharme explotar de placer y yo ya no puedo más; con mi último gemido él sabe que esto ya ha terminado.

Yo, intentado recuperar el aliento, abro los ojos y él vuelve a la cama y con un brazo bajo mi cintura me levanta hasta la mitad de la cama; y con una gran sonrisa en los labios, como una sexy amenaza, me dice:
 “Y esto recién empieza…”

jueves, 6 de octubre de 2011

Psj. Sinpudor


Se cubría el brazo para estornudar en sincronía con el beso de mis labios en el vaso de vodka con jugo de naranja; llevaba una nueva píldora a su boca, era la quinta en menos de media hora, el frio de la imperial ciudad la había sacudido y causado un resfriado inagotable. Su leggins negros cubría sus piernas, una chompa colorida dividida en trazos horizontales, su cabello desordenado, sus ojos perdidos en los efectos de una leve sobredosis de antigripales. Errada receta.
Un pantalón descolorido, jean negro casi gris con una perforación causada por la quemadura de un poco de marihuana; una chompa delgada de azul y plomo, su rostro deformado por la ingesta de alcohol, el mismo peinado que me acompañaba desde que mis recuerdos lo permitían.
Ella parecía estar dormida sobre una silla en la casi desolada sala,  los padres de su mejor amiga, mi prima, tomando juntos; una pareja más y un moreno actuando de mal tercio.
Los efectos del alcohol me invadieron pronto, decidí subir a sentarme al tejado y observar la ciudad a mis pies, mi tío y su antigua pareja habían decidido escapar de las miradas inquisidoras de los invitados, ahora solo éramos cinco los ocupantes de la sal, y yo seguía en lo más alto del tejado, mis cuatro compañeros hablando al mismo tiempo con frases inentendibles, asumo que tratando de lograr que retorne a un piso firme.
Decidí que era hora de irme, pero que no quería ir a dormir solo, me puse de pie sobre el techo de la casa y empecé el descenso, la humedad del tejado hizo que me precipitara tras resbalar, el rostro de mis guardianes expreso el susto de una tempestuosa caída sobre el pavimento algunos metros más abajo. Me incorpore y seguí descendiendo por el tejado.
Llegue y le pedí que saliéramos juntos, ella asintió como lo hacía cada que le pedía algo, empezamos a caminar por las calles casi vacías, de pronto nos detuvimos en la esquina de mi destino, nos miramos y empezamos a besar, cada beso contenía mayor pasión que el anterior, entonces decidí llevarla contra la pared de mi vecino, espere un poco para asegurarme que nadie viera, la bese y comencé a tocar los pechos, ella me ataba a su pecho con mayor fuerza, tome su espalada y deje caer mis manos sobre su trasero. Ella se giro para ver de frente la pared mientras yo podía apreciar su espalda, sus manos dedujeron sus leggins hasta poco más arriba de sus rodillas, el mismo movimiento apresurado para dejar en la misma posición su ropa interior.
Bajo el cierre de mi pantalón, y con sus manos sustrajo mi pene, se pego haciendo que su piel roce la mía, comenzó a besarme girando su cabeza sobre su cuello sin la necesidad de pegar su pecho al mío, me jalo contra la piel rosada pálida de su trasero desnudo, doble mis rodillas para encontrar el modo de penetrarla sin hacer mayores malabares. Me guio con sus dedos hasta la profundidad de su entrepierna, de pronto estaba dentro suyo, fuera de casa.
Aun nos besábamos, ella movía sus caderas acercándolas y alejándolas de la pared, sus manos tomaban mis manos, sus labios mordían los míos y el frio de la noche en la calle se disipaba junto con el pudor de un muchacho reprimido.
Parecía que sus gemidos trataban de decirme algo, no entendía sus palabras semimudas, su expresión de placer y algo que no lograba descifrar. Entonces la habitación del segundo piso a mis espaldas se ilumino, me congele en medio de tanto fulgor, ella no pretendió detenerse, entonces al ver que nadie aproximaba su inoportuno rostro por la ventana seguimos con nuestro jamming en la vía publica. Sudamos juntos mientras jugábamos a conocernos, sus gemidos se hacían cada segundo incontenibles, sus movimiento de caderas invito a las mías a hacer de nuestro juego un juego algo más rudo. Entonces exultantes besos se unieron mientras ella humedecía sus piernas y yo me rendía ante su luz.
Acomodamos nuestras prendas y seguimos el camino a mi cama, para tratar de descansar juntos.

martes, 4 de octubre de 2011

Y volvió a suceder

Hora de almuerzo, regresaba a casa después de haber realizado distintas operaciones por el centro de la ciudad, llegue a la puerta del condominio, me quede dialogando con el portero, un gran amigo debo decir, de pronto, una chica cruzó la puerta, exactamente era ella, la chica que ayude con el estrés.

Se me acerco y saludó, correspondí al saludo cortésmente, empezamos a tomar el mismo camino, nos detuvimos en la puerta de su depa, se me insinuaba de manera provocadora, no podía contenerme y hacía lo mismo con ella. Pregunté si alguien había en su casa, sin respuesta alguna tomó mi mano y abrió una puerta y me arrastró hacia dentro.

Nos dirigimos a la sala, deje mis cosas en la mesa y ella empezó a besarme, nos besamos como si no nos hubiésemos visto en años, deje sus besos por un segundo y miré hacia la ventana que da al pasadizo del edificio, me sentía incómodo y le dije que cerrase las cortinas, ella lo hizo sin reproches, regresó hacia mí y continuamos con aquella sesión de placer que empezó días atrás.

Sin perder el tiempo, comenzó a quitarme la casaquilla que traía puesta, hice lo mismo con su bolero, la recosté sobre el sofá y con finas caricias se iba perdiendo en ese hermoso sentimiento, continué con el polo, se lo arranché y ella hizo lo mismo con el mío, quedamos descubiertos y continuaba besando y acariciando sus pechos, ella se iba hundiendo más y más en el placer del momento, se levantó del sofá y yo quede recostado, comenzó besando mi torso, baja poco a poco y besaba suavemente, empezaba a perder el control junto con ella.

Llegó al ras de la bermuda con la que me encontraba, empezó a bajarla poco a poco, continuaba besando y bajando hasta quedar yo sin la bermuda y en bóxer, empezó a acariciar mi pene por encima de mi prenda íntima; me senté, la levante y la volví a recostar en el sofá, no dudé en quitarle el pantalón, se lo arrebaté y la deje al igual que yo en prendas menores, recorrí sus piernas con besos y caricias hasta llegar a la zona púbica, su respiración se aceleraba, yo gozaba con ello, deslicé mi mano por debajo de sus bragas, ella perdió el control por completo e hizo lo mismo conmigo, me levante por un segundo para quitarle las bragas, quité sus bragas y mi bóxer, sin perder tiempo comenzamos con el coito.

Ella recostada y yo encimado en ella, los movimientos se hacían más intensos conjuntamente nuestros susurros, cansados de la misma posición decidí levantarme; me puse de pie y la tenía colgada de mi cuello, no perdíamos el ritmo y los movimientos eran más intensos, sus gemidos se intensificaban, ambos jadeábamos llenos de placer y volvimos a sofá.

Seguíamos con el acto y de un momento a otro escuché el sonar de unas llaves y me detuve, quedé frío, y di un par de pasos atrás, ella se levantó y se paró delante de mí, esperamos unos segundos y nos dimos cuenta que no era nadie que viviera en el departamento, mi susto se había pasado y continuamos, la puse en “cuatro” y retomamos el acto.

Poco a poco aceleraba más y ella gemía al mismo ritmo, mientras más rápido iba más llegábamos al clímax del acto. Tocamos el punto máximo y poco a poco nos deteníamos, quedamos quietos y ambos nos levantamos, la abracé y nos sentamos en el sofá, desnudos ambos pregunté a qué hora regresaban sus papás, a lo que respondió diciendo “vistámonos de una vez”. Ni corto ni perezoso hice caso de inmediato, buscaba mi ropa por toda la sala mientras ella exclamaba con una sonrisa llena de satisfacción - “ves, volvió a suceder” – la miré y solo sonreí.

Terminé de vestirme, cogí mis cosas y salí del departamento, no dijimos más palabras, un beso fue el adiós.

martes, 27 de septiembre de 2011

¡Tan Sexy!

El lugar era propicio, estábamos en su cómoda y caliente cama; no había nadie en el departamento así que estábamos solos, momento perfecto para empezar a jugar el peligroso juego de la seducción; y entre risas y manos traviesas empezamos desordenar su cama y a propuesta mía fue que terminamos bajo su edredón; y el edredón perfecto para tapar nuestras manos que se divertían dibujando nuestras líneas y nuestras piernas que se enredaban unas con otras y poco a poco estábamos más cerca, haciendo que el calor sea cada vez más fuerte, que las ropas sean un estorbo y haciendo que la necesidad de sentir nuestra piel sea tan fuerte e insoportable.
Y yo lo sentía ahí entre la piernas y mi respiración se aceleraba y mis manos querían arrancarle la ropa pero él me miraba tan suavemente y el tiempo se detiene y tenemos todo el tiempo del mundo, y todo está en cámara lenta; el se mueve despacio, despacito mientras beso sus labios y mis manos se meten bajo su polo; sus manos acarician mis piernas y con las yemas de sus dedos me hace vibrar sin mucho esfuerzo; y baja sus labios a mi cuello siempre moviéndose despacio, despacito; y es tan sexy, mientras besa mi cuello, su respiración sobre mi oreja hace que mi corazón se acelere aun mas; y mis piernas van atrapándolo por la cintura y el sigue moviéndose despacio, despacito; el calor es cada vez mas fuerte pero a ninguno nos interesa; y sus manos se meten bajo mi cintura y levantándome hace escapar de mi un gemido ahogado, y es tan sexy y seguimos en cámara lenta; y empezamos a movernos al mismo ritmo y despacio, despacito vamos ahogando nuestras bocas entre besos, besos apasionados, besos húmedos, besos con lengua; mientras mis manos se pasean por su espalda las suyas acarician mi trasero hasta llegar a mis piernas y volviendo a mi trasero, simples caricias que me hacían vibrar, y es tan sexy; y poco a poco y sin prisa le voy abriendo la camisa y mis manos se distraen con su pecho mientras nos besamos tan lentamente, mis manos van bajando por su pecho hasta su ombligo donde me detengo porque no quiero que todo deje de estar en cámara lenta; y el moviéndose siempre despacio, despacito y besándome sin prisa agarrándome del cuello, empieza a bajar la mano por mi clavícula hasta llegar al centro de mi pecho, y con las yemas de los dedos iba bajando mi polo hasta que mi brasier sea visible, y yo agarrando sus caderas mientras él las mueve despacio, despacito, y es tan sexy; y sus manos empiezan a contornear mis senos, empiezan acariciándolos y después los aprietan solo lo suficiente y siempre moviéndose despacio, despacito, mientras mis piernas ya no saben cómo atraparlo más, mis caderas bailan al mismo ritmo de sus caderas, y es tan sexy; y sus labios bajan por mi cuello y bajan hasta mis pechos y los besa suavemente, sin prisa, sin desesperación, los roza con sus labios mientras sus brazos me atrapan por el dorso y me levanta mientras besa mis pechos y ya no puedo mas  y es tan sexy; y sus labios van bajando y con los dientes termina de bajar mi polo, y yo ya no puedo más, y yo ahí suspendida en el aire en sus brazos mientras él se acerca a mi ombligo y lo moja con sus labios y saca la lengua y, haciendo una línea perfectamente recta, la lleva de mi ombligo al botón de mi jean y yo estoy por estallar, y es tan sexy; y empieza a hacer líneas con esa húmeda lengua por todo mi vientre mientras sus manos luchan silenciosamente con el broche doble de mi brasier y yo estoy a punto de estallar; y sus labios llegan a mis pechos y sus manos logran liberarlos del cruel brasier y los besa, los lame, los muerde y es tan sexy; y ahora su pecho y mi pecho palpitan juntos, pegaditos y sudados por tanto calor que hace bajo ese edredón y sus labios vuelven a los míos y algo en el ha cambiado, su mirada es diferente y sus besos tienen otro sabor, sus manos ya no dan caricias, sus besos ahora son mordidas y mis manos se aventuran en sus pantalones y sus manos intentan arrancarme la piel y yo lo siento en las manos, tan duro y tan grande y el lleva su mano entre mis piernas y siente el calor que de mi sale entonces en un ademan idéntico cada uno va por el botón del otro y casi arrancándolo logramos cruzar esa línea entre el juego y la realidad, los jeans se hacen complicados de sacar por el sudor y la desesperación del momento, pero nunca imposible; y estábamos ahí en ropa interior uno sintiendo al otro, y el ritmo había cambiado, era más rápido , más salvaje,  y nuestras manos apretaban con fuerza el cuerpo del otro hacia uno y ya no podíamos mas, ya no podíamos seguir postergándolo y nuestras manos sin necesidad de instrucciones especificas nos quitaron las únicas prendas que aun llevábamos puestas pero una vez desnudos y tan cerca, no nos apresuramos porque él entre en mi, respiramos un momento y nos miramos llenos de placer y volvimos a la cámara lenta; y el entro lentamente y yo quebraba la espalda al sentir cada centímetro suyo entrando  en mi; y los gemidos y sonidos ahogados salieron sin poder silenciarlos y mientras sus brazos me apretaban contra él y mis brazos se aferraban a su cuello y el se movía despacio, despacito y era tan sexy; y en cámara lenta sudamos uno sobre el otro, moviéndonos despacio, despacito y al mismo ritmo, como perfectos compañeros de baile, como si hubiéramos nacido para este momento y este placer, despacio, despacito; mis piernas lo atrapaban y acercaban aun mas a mí, no dejando que ni un centímetro suyo se quede fuera mío, y el pasaba sus brazos por debajo de mi cintura y me levantaba y era el lugar exacto el que tocaba dentro mío y sin poder evitarlo algo en mi exploto conjuntamente con mis gemidos, gemidos que colaboraban a que él se excite aun mas y también exploto conmigo; los dos con ruidos ahogados y con las bocas secas, completamente mojados y muertos por el calor y cansancio; terminamos abrazados sin querer dejarnos ir; sin prisa ni desesperación nos besamos y reímos…y el era tan sexy!

La Pelicula

El abrió la puerta tan sonriente y me invito a pasar, el saludo de amigos de toda la vida, el beso en la mejilla con el abrazo correspondiente y el disfrazado interés por las cosas que hemos hecho con sus respectivos motivos ocultos.
Y empezamos a escoger la película que íbamos a ver: una romántica? No! Una de acción? No pues! Una de horror? No, no son buenas, Una comedia? Ya, será!
Y con la película en mano y frente a frente, mirándonos a los ojos con una mirada de complicidad única, nos empezamos a besar, y con su genial y animalesco estilo, el me acorralo contra la pared, chocándonos con todos y cada uno de los muebles del departamento; y ya ahí acorralada y dejándome llevar, nos besamos desenfrenadamente, ahí contra la pared, sus manos dibujaban mi cuerpo una y otra vez, y mis manos necesitaban hacer lo mismo, entonces la película cayo al piso y, ahí contra la pared, mis manos sintieron sus perfectos brazos y su ancha espalda, su esculpido abdomen y su apretable trasero; y mientras el mordía mi cuello con canina insistencia, nuestras caderas se movían bajo un ritmo muy circular, ahí contra la pared, mis piernas subieron a su cintura obligándolo a no dejar espacio entre el y yo, mientras que toda su ropa iba cayendo al piso sobre la película, y mi pequeño vestido, como perfecto cómplice, se levantaba, dejando que nuestros desesperados esfuerzos por sentirnos den sus frutos; y ahí contra la pared, y sudando por la calentura y el esfuerzo físico, y con nuestras caderas bailando perfectamente al mismo ritmo y sin que falten los besos apasionados, las uñas en la espalda y las mordidas espontaneas, entre gritos ahogados y gemidos de placer, ahí contra la pared, terminamos exhaustos, y cuando ya todo había terminado nos dejamos caer al piso.
En el piso, recuperando el aliento y algunas prendas, nos  miramos y nos sonreímos con nuestra única complicidad, y El me pregunto: “te gusto la película?” y entre risas le respondí: “estuvo genial! aunque bastante porno no?”

Un NO Contundente

… Yo le dije que NO, no muy contundentemente claro, pero no al fin; mas él no me hizo caso, es más, casi nunca me hacía caso y quizás fue esa rebeldía la que no me permitía decir contundentemente NO. Paso siguiente estaba enredada en sus brazos, sin darme cuenta sus besos apagaron mis nos, sus manos desabrochaban mis botones y su respiración era cada vez más rápida y salvaje; no pude resistir aunque hice el intento, claro que no fue mucha mi resistencia. Y escena siguiente me cargo en sus brazos y atravesando toda la casa, terminamos en su cama; la desesperación era latente,no importaba nada mas, lo único que quería era arrancarle la ropa mientras él besaba cada centímetro de mi piel, y las gotas de sudor empezaron a rodar, por su frente, por su espalda; tan grande y varonil espalda; gotas de sudor que me volvían loca… Y ahí estábamos, éramos uno, ya no había espacio que nos separara, tampoco queríamos separarnos, no queríamos que acabe; solo sentíamos la piel sobra la piel, las uñas, los dientes, los labios y nuestras manos entrelazadas… Y morimos uno dentro del otro, juntos… Y cansados, después de recuperar el aliento, él me abrazaba y me hablaba de otras cosas, cosas que no me interesaban, y jugaba con mi pezón mientras yo le besaba sin apuro y le miraba sin escucharlo y pensando: “NO, no voy a encariñarme con él” y me lo repetía cuantas veces podía, quizás para convencerme a mi misma… inútiles NO contundentes nos…

lunes, 26 de septiembre de 2011

Una tarde de Desestres

Una de las últimas tardes de clases, hacia un trabajo con un amigo,, pasaba el tiempo y el trabajo iba quedando poco a poco mejor, hasta que terminamos y mi amigo se retiró, entonces decidí abrir una web 2.0, exacto, el bendito y fantástico FACEBOOK.

Busque entre mis contactos y un mundo de mujeres en línea se encontraban, empecé a hablar con unas cuantas, y me di con la sorpresa de que una amiga, con la que ya había tenido pequeños roces, se encontraba en línea, “hola”-le dije- respondió inmediatamente diciendo “hey tú, te perdiste”. Una manera un tanto rara de empezar a dialogar, continuamos hablando y pregunte como se encontraba, me respondió que se encontraba “estresada”, respuesta que de inmediato desato una sonrisa en mi rostro y le propuse ayudarla con eso, “te ayudo a desestresarte, ¿qué dices?” Dije yo.

La respuesta se hizo esperar, pensé en recibir un no, pero cuando ésta llego, decía “¡claro!, pero, ¿cómo lo harás?”, empecé a meditar en un lugar para poder citarla y, para mi buena suerte, mi padre salió de su habitación, me dijo que iba a salir por motivos de trabajo, sonreí y le dije que vaya con cuidado, para no levantar sospechas, aunque en realidad me levantaría a la chica.

Inmediatamente mi padre salió de casa, le dije a la chicha que si podría subir, ella accedió; comencé a alistar y preparar todo, en realidad metía mi ropa donde hubiera espacio. Continuaba limpiando el ambiente y se me ocurrió ir al mini depa que se encuentra en el piso superior de mi casa.

Escuche tocar la puerta, salí y ahí estaba ella, con tan solo un cálido beso en la mejilla le dije para ir a la parte superior, ella accedió sin pero alguno. Entramos al mini departamento, empecé por tomarla de la cintura, mientras la conducía hacia la habitación, entramos en ella y comenzamos con las caricias y a envolvernos en besos llenos de pasión, la cargué hasta la cama, le quitaba poco a poco la ropa, ella hacía lo mismo, llegue a descubrirle el pecho y en él me encapriché, empezó a gemir llena de erotismo, poco a poco le quité el pantalón y todo lo que ahí abajo se encuentra, hizo lo mismo conmigo; envueltos y llenos de pasión y erotismo emprendimos juntos el camino de ser uno en cuerpo.

Un fuerte y agudo gemido dio alerta a que el camino había concluido, ambos jadeando de cansancio y con una sonrisa en el rostro nos deteníamos lentamente, hasta quedar completamente quietos.

El silencio invadía la habitación completamente, ambos nos levantamos de la cama y comenzamos a vestirnos, intercambiamos unas cuantas palabras, hasta salir del departamento y, así como llegó se fue, solo que añadió “se repetirá”….

una beneficiosa espera

agradezco a Zuperman por dejarme publicar aqui los relatos de mis momentos de mejor inspiracion...

viernes, 9 de septiembre de 2011

no siempre es tan bueno


Salimos la primera noche, tan solo necesitaba satisfacer mi necesidad, un juego más, una noche como las demás con algo de acción,  y luego despedirnos sin compromisos, sin preocupación. Fue idea suya entrar a una casa abandonada, fue iniciativa suya quitarnos algo de ropa y fue ella quien prohibió que yo siguiera su ejemplo.
No dejaba de hablar, me empezó a idolatrar, decía que todo esto era un sueño, que había añorado estar conmigo desde que me había visto, que le encantaba besar mi pecho y que me había elegido para ser el primero, que era perfecto. Entonces no pude dejar de sentirme incomodo, esto no era normal. No pude mas, la vi a los ojos y ya no era el ratón de biblioteca que había elegido como víctima, ya no era yo quien llevaba la batuta, ella buscaba una relación formal, entonces me detuve.
Le dije que era mejor que nos fuéramos, que era tarde; hizo caso omiso a mis palabras y me desabrocho el pantalón, empezó a tocarme. Me dijo que anhelaba sentirme dentro suyo. Sentía como movía su mano dándome placer pero mi razón decía que debía detenerme, que esto no podría terminar bien; “Cesar está loca, te ha estado observando desde el primer día de clases, es una obsesiva y ¿si es psicópata? Será mejor irnos” mi mente recitaba nerviosa cada una de estas palabras, mi intuición me decía que debía huir.
  • ¡Rayos! – exclame- olvide que necesito un libro para un trabajo que he de presentar mañana, debo ir a buscarlo, lo siento tendremos que dejar esto para mañana. – me apresure a ponerme nuevamente mi camisa, el jersey y la chalina y Salí apresurado de la deshabitada casa en la que estábamos.
Ella caminaba a paso firme tras mis huellas, me ponía cada vez más nervioso, entonces gire sobre mis talones y le dije que la buscaría mañana para continuar nuestro jueguito. Le di un beso en la mejilla y me monte en una combi para alejarme rápido de ella.
Tenía que asistir a clases de contratos pues arriesgaba mucho si faltaba, entre y ella no estaba, sentí alivio, atendí a aquello que decía el docente, ella no estaba, quizá se había arrepentido por lo apresurado de nuestra “confraternización”. De pronto el docente sonríe hacia la puerta y hace un gesto aprobando el ingreso de alguien más, olvide mi agnosticismo y comencé a rezar a cada santo a pesar de haberlos criticado durante tanto tiempo, pero han de estar resentidos conmigo por tanta blasfemia pues allí estaba ella, con una sonrisa de oreja a oreja, me apresure a ponerme los audífonos baratos de mi móvil y a subirle el volumen a la música, mientras ella se acercaba a mi pupitre. Todo andaba tan bien y de pronto era una pesadilla, hubiera preferido soñar con Freddy Krueger antes de tenerla a ella sentada a mi costado.
No dejaba de mirarme, yo trataba de no hacerle caso, pero ella estaba a mi lado acosándome, desnudándome con su mirada lujuriosa, de pronto me paso una nota.
“ayer la pase muy bien, hoy no he dejado de sonreír, es que eres perfecto para mi, cuando hablas, cuando lees, cuando escribes, cuando cantas, cuando caminas siento que de solo verte estoy en un mundo diferente. ¿Que haremos hoy?”
¡Maldición! No podía creer lo que estaba leyendo, entonces pensé: “que rayos, hagámoslo” le devolví la nota diciendo: “será una sorpresa”
Ella me miro y sonrió.
Termino la clase y decidí llevarla a la oficina donde practicaba, habían pasado las 8 pm así que estaba vacía y resolví que si haría esto sería para satisfacer más que una necesidad, así que decidí tener sexo sobre los escritorios, como si fuera mi secretaria, cumpliría una fantasía.
Estábamos besándonos, nuevamente yo no traía  la camisa puesta, ella dejo caer su brasier, yo estaba sentado en el lugar del jefe, ella a un lado del escritorio de rodillas me besaba el pecho, comenzó a bajar, yo estaba siendo complacido, ya no me importaba que sea una loca, estaba a punto de ser muy bien recompensado por hacer que conociera un algo de placer. Estaba tan cerca que creí que me comenzaría a jugar con su lengua sobre mi pene. Pero porque rayos no podía mantener la boca cerrada, antes de empezar con la felación me miro y dijo: “¿no te dirán nada en casa verdad?  Porque en mi casa mi mama sabe que salí contigo y que probablemente llegaría un poco tarde”.
Me incorpore en poco menos de un pestañeo, y le pedí que repitiera lo que acababa de decir, esperaba haber escuchado mal debido a la excitación pero lo dijo una vez más, y me dijo que sí, que seriamos enamorados por lo menos su mama debería saberlo. Yo estaba atónito, casi desnudo parado en medio de la oficina, la mire a los ojos y le dije: “tu y yo no estaremos, y no es por ti, solo que no estoy preparado para una relación” trataba de no ser tan crudo pues en realidad pensaba “¿acaso estás loca? ¿De dónde sacas que quiero una relación? Esto es solo sexo y adiós” pero me daba miedo que se volviera loca y quisiera matarme o matarse. Me vestí y le pedí que hiciera lo mismo.
En la esquina de la Av. Arequipa con la Av. Centenario me dijo que ella tomaría el camino de la derecha sabiendo que yo seguiría de frente, asentí y se puso histérica y me dijo: “¿acaso no puedes aunque sea fingir que te intereso un poco y pedirme que caminemos juntos?”   La mire a los ojos y le dije: “no”. Encendí un cigarrillo y seguí mi camino

lunes, 5 de septiembre de 2011

entre las sabanas y las estrellas


El frio no dejaba que se concentrara en las paginas que estudiaba, se habia sentado a esperarla sobre el muro de un jardin, frente a la pizzeria donde habian concertado encontrarse, como siempre Alejandra tratando de hacer que el se impacientara, mientras el sentado no se preocupaba por nada. Decidio encender un cigarrillo y leer un poco mas, ella llego y decidieron no comer nada en la dichosa pizzeria, tomaron rumbo desconocido y comenzaron a andar.
Se acerco a su oido y le dijo q lo acompañara, el decidio seguirla, siempre era interesante seguirla, entonces ella lo condujo hasta su casa, no tardaron mucho en volver a la calle, decidieron robarle un vino a sus padres y salir nuevamente para beberlo en las calles.
La botella ya estaba casi vacia cuando el giro sobre su cuello y, acariciando su rostro, la beso. El juego de toda la vida con un nuevo ingrediente, lujuria; sus labios eran dulces debido al vino, sus mejillas rosadas, sus ojos cerrados no decian nada, no era necesario dar ninguna respuesta, era momento de seguir el juego hasta el final.
Se fueron caminando por las calles de la fria ciudad, dieron la vuelta en la esquina de la avenida retorno y decidieron adentrarse en un hotel, ambos actuaron con normalidad mientras solicitaban la habitacion, el cuartelero no se inmuto pues esta escena era de lo mas normal para el, en cambio en el rostro de ella se dejo notar un atisbo de nerviosismo.
Tomaron la habitacion 201, el cerro la puerta con la mano izquierda mientras su derecha levantaba a su acompañante, la dejo caer sobre la cama de colchon algo duro, sus besos no eran los tiernos besos de un amante inocente, ella mordia sus labios, el desabrochaba su camisa, ella se quitaba la blusa dejando ver el brasier que resguardaban sus pechos, se detuvieron y acariciaron lentamente el pecho de otro, reconociendo los detalles que hacian unica su contextura, ella lo beso una vez mas, y quito sola al guardian de sus pechos, el besaba su cuello, descendia rozando su clavicula, acariciaba sus pechos y cerraba el ritual con una sorpresiva mordida sobre la punta de sus pezones, lo suficientemente ruda para que ella lo disfrutara.
Se enredaron entre las sabanas del hotel con las cortinas abiertas, a ambos les gustaba hacer el amor mirando las estrellas, creian que juntos podrian acercarse un poco mas al cielo, ella se estremecia cada vez que el la penetraba.  Movieron las caderas al mismo ritmo en sentido contrario, bailaban juntos la misma cancion, seguian los mismos lienamientos pero seguian direcciones contrarias, no era un error, lo hacian concientes de que asi se sentirian mas el uno al otro si el ritmo contrario los hacia colisionar al frente.
El sudor en el cuerpo de ella hacia que el sientiera mas placer, era atractiva cuando sudaba, era atractiva cuando lo miraba, era atractiva siempre ante sus ojos. De pronto ambos sintieron el calor surgir desde su ombligo, danzaron con mas rapidez y ahogando juntos los gritos de placer, alcanzando a oir solo el roce de su piel,una vez mas estaban compartiendo un pedazo del universo, fusionando su serenidad con el descontrol, haciendo que polos opuestos encontraran afinidad. Se miraron al terminar y decidieron pasar esa noche juntos, el sabia que en casa lo regañarian pero no queria cambiar el momento con nada mas.
Desperto y la vio parada frente a el, serena, con el cabello mojado y con la camisa de el puesta. “Debemos irnos” le dijo,  ella asintio y con una sonrisa se dirigio al baño para vestirse, “¿que haces?, no vengas ahora con que te avergonzaras de que te vea?”  regaño el; “es solo que me da miedo dejarte de gustar” dijo ella desde tras de la puerta. “me gustas desde hace mucho y lo sabes, no cambiara nada despues de todo lo que vivimos aunque sea sorprendente nunca haber sido tu enamorado” dijo mientras se incorporaba para ir a buscarla al baño.

miércoles, 31 de agosto de 2011

pasa en las peliculas, pasa en la vida, pasa en TNT

Habían golpeado ya las catorce campanadas en la torre de la catedral mientras a algunos kilómetros mas allá Helena dejaba un beso flotando sobre el pavimento en media avenida, rumbo a la universidad; Paris llego para preguntar cuál era el procedimiento para alejarse por culpable.
Pasillos vacios evidenciaban el arribo de las vacaciones, el pronto alejamiento de veteranos y neófitos guerreros, sus besos llamaban a juegos de roces y desgloses de piel y pasión. Paris la engatuso llevándola a descubrir los corredores de una fantasmal facultad. El viento atravesaba entre las pocas ventanas mal clausuradas dejando ver el sensual baile de las cortinas, el vaivén de sus caderas simuladas.
Alcanzaron las puertas del cuarto de baño, se adentraron entre besos mudos como los nuevos golpes del campanario, un cubículo amplio con un espejo sostenido sobre la pared, ella apoyada sobre la puerta asegurando la privacidad del encuentro, Paris sostenía sus piernas temblorosas, ella las ataba a la altura de sus caderas, labios con sabor a vinagre en heridas de pañuelo de estación, ardorosos, licenciosos.
Dejaron caer sus prendas sobre las baldosas relucientes, dedos espías en cuerpo ajeno, ambas manos en una misión suicida, astronautas con dirección al calor del sol en su núcleo. Paris escribió versos de un encuentro fugaz en la que había sido su casa de estudio, recuerdos disecados que se reemplazarían, esos juegos infantiles que serian desplazados por la lujuria de besos con ansiedad de placer.
Entre sollozos de delectación Helena alcanzo a oír la proximidad de pasos de uno de los guardias del castillo, sus besos se suspendieron del otro lado de la puerta, escondió ella su presencia tras el cuerpo de Paris, el guardia se acerco y golpeo dos veces a la puerta; los nervios mezclaban el sudor frio con las gotas de calor q aun reposaban sobre su pecho a medio vestir. Paris respondió declarando estar ocupado, sus nervios se dibujaban en una mueca con ilusión de sonrisa.
Ella temblaba, el sonreía, Paris abrió cautelosamente la puerta del pequeño ambiente en el que se encontraban ambos cuerpos, salió y verifico que el guardia de armadura de tela haya abandonado el recinto, prorrumpió y comprobó lo mismo a través del pasillo, se alejo de allí para esperar el encuentro con Helena del otro lado de campus.
Al dar con su cómplice le recito al oído: “pasa en las películas, pasa en la vida, pasa en TNT”

miércoles, 24 de agosto de 2011

Zuperman

es fácil contar las historias de uno mientras hagas protagonista a otro, pero cuando decides escribir una descripción sobre tu propia personalidad te faltan las palabras, si fuera poesía diria que soy un cumulo de rimas asonantes,  si fuera música seria silencio, si fuera viento seria humo, si fuera estrella seria un meteorito, nada mejor que su peor contrario. Conocedor del amor y los desastres mas parecidos, antiguo fiel creyente en paisajes de acuarela pero ver como el lienzo se rasga te deja ver también que puedes encontrar mas placer en un beso en el ombligo de una desconocida que en las mentiras de una conocida embustera.

Crecí despues de que me enterraran, surgí de un planeta desaparecido, mi fuerza se multiplico al desvanecer la gravedad que me pegaba a tu centro, mi pecho de acero recibió tus disparos, y ahora vuelo entre olas y pájaros errantes. Aun soy vulnerable a la criptonita.

Ya me da igual el pasado, antes era un tonto periodista tratando de buscar la historia para hacerse famoso y asegurar su futuro, ahora soy un superheroe capaz de moverse en la superficie del sol, sumergirme en selvas vírgenes y hallar tesoros. Sin ataduras, sin una Lois Lane que me pida explicaciones, solo mi cuerpo y el de alguna desconocida inspirando historias para que ustedes las puedan leer, alcanzando el fin supremo de esta vida, el Placer.

martes, 23 de agosto de 2011

noche en el club


Sentado bajo el lumbral de mi habitación me concentraba en la extraña manera de consumirse del tabaco, un sobre blanco lo contenía bajo el sello rojo de aquellos cigarrillos que ahora se habían convertido en una nueva adicción, de pronto el mundo empezó a girar y el tronco que yacía en medio de la verde superficie de mi patio se alejo, el cielo oscurecía sobre las diez de la mañana en mi villa chica.

Ella me miraba con rencor pues habíamos discutido aquella tarde, no podrían articularse palabras sin herir a quien tenia en frente, decidimos no decir mas y dirigirnos a una “discoteca” para dejar que el alcohol se pronuncie sobre nuestra voluntad.

Ya habíamos terminado de tomar la primera jarra del adulterado ron con gaseosa que vendían en el lugar y los efectos del alcohol hacían aflorar aun más rencores. Ambos demasiado centrados como para hacer un escándalo en un lugar como ese, decidimos pedir una mezcla mas del veneno de largo plazo que ingeríamos juntos con la esperanza de ver morir antes a quien lo acompañaba.

Terminamos el menjurje por el que a los asistentes los invadía la euforia, con ganas de golpear a mi acompañante mientras le susurro al oído que la deseo, que la necesito, besando sus labios rosas de maquillaje ausente. Trepamos una pared, nos adentramos en un club y sentados junto a la abandonada piscina comenzamos a besarnos con implacable odio, mientras acariciaba con ilusión el polo sobre su vientre. El ambiente se encendía alrededor de nuestros cuerpos, la química hacia combustión entre nosotros, la embriagues hacia posibles nuevos roces, mi mano incursionaba bajo sus prendas sintiendo el calor de su cuerpo sin la interrupción de los hilos.

Entonces deje descender los dedos de la mano izquierda en la pista de aterrizaje ubicada entre sus piernas, sobre su pantalón. Alcancé a rozar su intimidad mientras mis dedos, cómplices de mi deseo trataban de aflojar sus correajes y alcanzar el calor que emanaba más abajo de su ombligo. Mis labios no permitían que exprese negación manteniendo entretenida su extremidad parlante, me acerque a su oído una vez mas y dije sin temor que la deseaba. Ella miro a través de mis ojos y alcanzo a ver que los leños de inocencia ardían más allá del universo.

Dejamos caer nuestras prendas y mis besos se trasladaron hasta sus pezones, rodeando su centro como el leopardo que acecha a la gacela, me lancé al ataque y transforme una mortífera mordida en un juego de placer, deje que me tocara, que explorara mi delgado cuerpo, entonces nos hicimos uno mientras ella susurraba a mi oído frases ininteligibles, interrumpiendo de cuando en cuando su poesía con expresiones de confusión entre placer y dolor, el techo se coronaba con frío hecho escarcha y entre nosotros un fuego que aun no veía clarear el sol.

Exhaustos oímos el despertar bajo el cielo oscuro de la madrugada de una pequeña ciudad, nacía una fantasía, moría un amor.

bienvenidos

El fin de esta pagina es publicar los cuentos eróticos de sus integrantes, por razones de seguridad sus nombres serán comparados con los personajes de la serie animada "la liga de la Justicia", los textos publicados aquí serán aptos solo para personas con una vida sexual activa, que no se escuden tras tabús ni prejuicios. los personajes serán producto de la imaginación de los escritores, cualquier parecido con la realidad sera una mera coincidencia. creo que con lo antedicho redundaría al decir que sugerimos evitar la lectura de menores de 18 años.