liga de la lujuria

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lunes, 5 de septiembre de 2011

entre las sabanas y las estrellas


El frio no dejaba que se concentrara en las paginas que estudiaba, se habia sentado a esperarla sobre el muro de un jardin, frente a la pizzeria donde habian concertado encontrarse, como siempre Alejandra tratando de hacer que el se impacientara, mientras el sentado no se preocupaba por nada. Decidio encender un cigarrillo y leer un poco mas, ella llego y decidieron no comer nada en la dichosa pizzeria, tomaron rumbo desconocido y comenzaron a andar.
Se acerco a su oido y le dijo q lo acompañara, el decidio seguirla, siempre era interesante seguirla, entonces ella lo condujo hasta su casa, no tardaron mucho en volver a la calle, decidieron robarle un vino a sus padres y salir nuevamente para beberlo en las calles.
La botella ya estaba casi vacia cuando el giro sobre su cuello y, acariciando su rostro, la beso. El juego de toda la vida con un nuevo ingrediente, lujuria; sus labios eran dulces debido al vino, sus mejillas rosadas, sus ojos cerrados no decian nada, no era necesario dar ninguna respuesta, era momento de seguir el juego hasta el final.
Se fueron caminando por las calles de la fria ciudad, dieron la vuelta en la esquina de la avenida retorno y decidieron adentrarse en un hotel, ambos actuaron con normalidad mientras solicitaban la habitacion, el cuartelero no se inmuto pues esta escena era de lo mas normal para el, en cambio en el rostro de ella se dejo notar un atisbo de nerviosismo.
Tomaron la habitacion 201, el cerro la puerta con la mano izquierda mientras su derecha levantaba a su acompañante, la dejo caer sobre la cama de colchon algo duro, sus besos no eran los tiernos besos de un amante inocente, ella mordia sus labios, el desabrochaba su camisa, ella se quitaba la blusa dejando ver el brasier que resguardaban sus pechos, se detuvieron y acariciaron lentamente el pecho de otro, reconociendo los detalles que hacian unica su contextura, ella lo beso una vez mas, y quito sola al guardian de sus pechos, el besaba su cuello, descendia rozando su clavicula, acariciaba sus pechos y cerraba el ritual con una sorpresiva mordida sobre la punta de sus pezones, lo suficientemente ruda para que ella lo disfrutara.
Se enredaron entre las sabanas del hotel con las cortinas abiertas, a ambos les gustaba hacer el amor mirando las estrellas, creian que juntos podrian acercarse un poco mas al cielo, ella se estremecia cada vez que el la penetraba.  Movieron las caderas al mismo ritmo en sentido contrario, bailaban juntos la misma cancion, seguian los mismos lienamientos pero seguian direcciones contrarias, no era un error, lo hacian concientes de que asi se sentirian mas el uno al otro si el ritmo contrario los hacia colisionar al frente.
El sudor en el cuerpo de ella hacia que el sientiera mas placer, era atractiva cuando sudaba, era atractiva cuando lo miraba, era atractiva siempre ante sus ojos. De pronto ambos sintieron el calor surgir desde su ombligo, danzaron con mas rapidez y ahogando juntos los gritos de placer, alcanzando a oir solo el roce de su piel,una vez mas estaban compartiendo un pedazo del universo, fusionando su serenidad con el descontrol, haciendo que polos opuestos encontraran afinidad. Se miraron al terminar y decidieron pasar esa noche juntos, el sabia que en casa lo regañarian pero no queria cambiar el momento con nada mas.
Desperto y la vio parada frente a el, serena, con el cabello mojado y con la camisa de el puesta. “Debemos irnos” le dijo,  ella asintio y con una sonrisa se dirigio al baño para vestirse, “¿que haces?, no vengas ahora con que te avergonzaras de que te vea?”  regaño el; “es solo que me da miedo dejarte de gustar” dijo ella desde tras de la puerta. “me gustas desde hace mucho y lo sabes, no cambiara nada despues de todo lo que vivimos aunque sea sorprendente nunca haber sido tu enamorado” dijo mientras se incorporaba para ir a buscarla al baño.

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