liga de la lujuria

liga de la lujuria

lunes, 3 de febrero de 2014

Tatuaje

Yo estaba con resaca y solo quería dormir, su cama siempre fue mejor refugio que la mía, y mientras me encontraba estirada como gato a lo largo de su frazada, él vino y me abrazó por la cintura –ay como me gusta que me abrace por la cintura-  sentía su latir cada vez más rápido en mi pecho y amarre mis brazos a su cuello, mientras él rozaba su nariz por mi cuello, buscando el lugar exacto por dónde empezar a besarme, despacio y sin prisa,  yo solo sonrío y juego con los cabellos de su nuca, y cubre de besos mi cuello, como quien no quiere dejar ni un solo espacio sin besar para luego ir en busca de mis pechos, jalando mi top y yo solo sonrío; cuidadosamente bordea todas las formas de mis pechos con los labios y después entretiene su lengua con mis pezones; entretanto yo arrugo su polo hacia su cuello descubriendo su ancha espalda y él se escurre cual mantequilla fuera de el, y deshace sin problemas mis botones y mi top. Besa la distancia que separan mis pechos de mi vientre, besa desordenando todos mis nervios y yo solo sonrío, llega a mi ombligo y se hunde en él, siento gotas de sudor rodando desde su frente a mi piel me aceleran el corazón. Vuelve a mí y tras una pequeña pausa sonriendo al verme sonreír, me besa profundamente mientras encaja perfectamente entre mis piernas y yo las amarro a su cintura, y la ropa se deshace sin darnos cuenta y el sudor nos empapa de golpe mientras  meneamos el cuerpo y alma en la cama, nos besamos desesperadamente, como si el mundo fuera acabarse en ese mismo instante, como si de besarnos dependiera nuestras vidas, nos besamos y rodamos en la cama y el tiempo era tan denso y todo el mundo desaceleraba un poco solo para dejarnos sonreír mientras se acerca la exquisita explosión, y cuando todo llegamos al fin juntos, hunde sus dientes en mi cuello y yo suelto el grito ahogado que indica que hemos terminado y sonreímos. Mientras yo volvía a mi estado de gato estirado –boca abajo- sobre su cama, él se sentaba a mi lado y cantando una canción de Drexler, con una mano en mi cintura, dibujaba con los dedos las líneas de mi tatuaje creando un cosquilleo en mi alma y yo solo sonreía.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Agua Tibia.

Los primero rayos del sol se colaban por entre las ventanas y las cortinas, el traje yacía listo sobre la cama, mientras en el televisor de la habitación sonaba un infantil programa, la nena jugaba y reía, mientras mas allá, el agua salpicaba sobre los cuerpos de su madre y alguien mas. El tiempo fuera apremiaba pero bajo los hilos de agua que se precipitaban solo había fuego y muchas ganas... ganas de que esto continuara; el tiempo ya no importaba, bajo la ducha, en el baño, todo se detuvo, solo se oía el murmullo del agua y algunas palabras de amor que, mas que decirlas, se recitaban.
No tuvieron tiempo para ponerse de acuerdo en nada, fueron solo las ansias, esas ansias que no dejaban descansar ni aunque tuviese su origen en el cuerpo que dormitaba junto a Él por las noches. Su palidez se dejaba pintar roja, no se si será el fuego que desde dentro se agolpa o el calor del agua, tampoco estoy seguro. Verla contorsionándose en una espacio de un metro cuadrado era excitante; como sus manos me tomaban y me hacían sentir suyo. Esta vez no era ningún juego de poder, estábamos juntos, intentado seguir la sincronía de los latidos y el deseo; ayudando, con sutiles gestos, movimientos, sonidos y sexo, mucho sexo, al otro a llegar donde todos querían estar... LA GLORIA, EL PARAÍSO, la fantástica villa donde solo te relajas y te dedicas a disfrutar, me temblaban los labios, ella los mordía tratando de hacerse temblar también, no hay tiempo, no hay espacio, solo dos formas amorfas danzando bajo el agua, viviendo otra mentira, una que después de todo tiene el mismo final; pero no hay final en el que pensar, esto será eterno, hacemos de esto algo perfecto, trascendental, me gusta jugar y convertir lo inmoral en aquello que origina todo... la verdad.
Entonces nuestro juego continua, entre abrazos y mas caricias, tan llenas de sinceridad; quien creyera, luego me escribiría diciendo que todo era mentira, que lo sentía pero que era una hermosa mentira... y como decirle que si... tiene toda la razón.
Entonces he vuelto a la ducha, y en ella todo era algarabía, las manchas en sus ojos se alinean perfectamente con las mismas manchas de los míos, estamos sonriendo, mojados por todo lado, el vapor ya no solo es de agua, me detengo a verla un segundo mas... es hora de irme, el trabajo espera.

viernes, 17 de febrero de 2012

flor de loto

Un encuentro accidentado desde el principio, con tu arrivo acompañada de lluvia y algun malestar por los chaperones que han de impedir nuestra cercania, es tan solo un minuto lejos de ti mientras ansio una eternidad contigo. Por fin estamos solos, jugando a ser aun desconocidos con un pasado en comun. Ven y hablemos del futuro que hace tanto soñamos juntos, ese futuro que ahora es tan solo parte del pasado. Esos besos que me arrancas dejando tu huella sobre mi frente. Ahora vamos reconociendo cada grieta en nuestros cuerpo, esas manchas oscuras en cuerpos palidos, ardientes.
Te invito a sentarte, no a mi lado, encima mio, pronto nos hacemos dragones y vamos despidiendo fuego desde nuestras fauses, tratando de morder, de arder. Mis manos se hacen presa de una fiebre incondicional al frio que alrededor nos acompaña, estamos sobre la tercera planta de una casa en la que no soy muy bien recibido. Dejas que las elasticas ataduras que rodean tus caderas caigan hasta tus rodillas, mientras una extremidad extremadamente corta en comparacion a mis piernas o brazos trata de huir de su encarcelamiento de tela y cuero. Aceptas mi invitacion y vienes a sentarte conmigo.
Entonces nos vamos a darle la vuelta al mundo, montados sobre una estructura de antigua madera rodeados por petalos que vieron surgir a Ra y a Nefertum, poblando el ambiente de su mas delicioso perfume... el de un amor ansioso por continuar.
Siento sobre mis piernas el clima de tus nalgas frias y seguimos dandole la vuelta al mundo, nos movemos para acelerar nuestra traviesa travesia, abordas mi cuello con tus calidos labios, mientras te rodeo atrayendote mas a mi, nuestros puntos de gravedad se requieren como el desierto requiere la lluvia; ven conmigo vamos a jugar un poco mas, no es tan solo un sueño, esta noche estamos juntos, es la mismisima realidad.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Mantequilla


Solo él me derrite tan rápidamente, él con esa expresión de seguridad completa en los ojos.

Mientras yo juego a verme tímida ante sus ojos,  él se acerca a la cama y yo muevo los pies para que no los pueda agarrar, siento el corazón palpitar en la garganta y él sigue acercándose poniendo una mano en la cama y después la otra; y yo sigo jugando, lo miro y el sonríe y le devuelvo la cómplice sonrisa.

Me coge de los pies y yo pego un grito entretenido y me jala hasta donde podamos quedar cara a cara, mirándonos directamente a los ojos y podamos besarnos despacio, sin prisa; yo enredo mis brazos en su cuello y él busca con sus manos muy lentamente mis senos para apretarlos, para después abandonar mis labios y posarlos en mi pezones con los cuales se distrae mientras yo lo cojo por el cuello y respiro rápidamente en su oído a causa de los movimientos de su lengua.

Pasea sus labios por todo mi pecho, bajando hasta mi vientre donde se entretiene con mi ombligo, su lengua dibuja círculos y sus manos me cogen fuertemente de la cadera jalándome hasta el borde de la cama y dejándolo a él fuera de ella, de cuclillas en el piso; con sus manos en mis rodillas, va bajando sus besos hacia el sur y mientras sus manos separan mi piernas yo me retuerzo sobre mi espalda saboreando lo que está a punto de venir.

Mientras el pierde la cabeza entre mis piernas yo estoy a punto de perder la mía del placer; entre mis gritos ahogados y su rápida respiración el tiempo se hace eterno, mientras él hace maravillas con la lengua yo acaricio sus cabellos, me doblo una y otra vez, y él solo quiere escucharme explotar de placer y yo ya no puedo más; con mi último gemido él sabe que esto ya ha terminado.

Yo, intentado recuperar el aliento, abro los ojos y él vuelve a la cama y con un brazo bajo mi cintura me levanta hasta la mitad de la cama; y con una gran sonrisa en los labios, como una sexy amenaza, me dice:
 “Y esto recién empieza…”

jueves, 6 de octubre de 2011

Psj. Sinpudor


Se cubría el brazo para estornudar en sincronía con el beso de mis labios en el vaso de vodka con jugo de naranja; llevaba una nueva píldora a su boca, era la quinta en menos de media hora, el frio de la imperial ciudad la había sacudido y causado un resfriado inagotable. Su leggins negros cubría sus piernas, una chompa colorida dividida en trazos horizontales, su cabello desordenado, sus ojos perdidos en los efectos de una leve sobredosis de antigripales. Errada receta.
Un pantalón descolorido, jean negro casi gris con una perforación causada por la quemadura de un poco de marihuana; una chompa delgada de azul y plomo, su rostro deformado por la ingesta de alcohol, el mismo peinado que me acompañaba desde que mis recuerdos lo permitían.
Ella parecía estar dormida sobre una silla en la casi desolada sala,  los padres de su mejor amiga, mi prima, tomando juntos; una pareja más y un moreno actuando de mal tercio.
Los efectos del alcohol me invadieron pronto, decidí subir a sentarme al tejado y observar la ciudad a mis pies, mi tío y su antigua pareja habían decidido escapar de las miradas inquisidoras de los invitados, ahora solo éramos cinco los ocupantes de la sal, y yo seguía en lo más alto del tejado, mis cuatro compañeros hablando al mismo tiempo con frases inentendibles, asumo que tratando de lograr que retorne a un piso firme.
Decidí que era hora de irme, pero que no quería ir a dormir solo, me puse de pie sobre el techo de la casa y empecé el descenso, la humedad del tejado hizo que me precipitara tras resbalar, el rostro de mis guardianes expreso el susto de una tempestuosa caída sobre el pavimento algunos metros más abajo. Me incorpore y seguí descendiendo por el tejado.
Llegue y le pedí que saliéramos juntos, ella asintió como lo hacía cada que le pedía algo, empezamos a caminar por las calles casi vacías, de pronto nos detuvimos en la esquina de mi destino, nos miramos y empezamos a besar, cada beso contenía mayor pasión que el anterior, entonces decidí llevarla contra la pared de mi vecino, espere un poco para asegurarme que nadie viera, la bese y comencé a tocar los pechos, ella me ataba a su pecho con mayor fuerza, tome su espalada y deje caer mis manos sobre su trasero. Ella se giro para ver de frente la pared mientras yo podía apreciar su espalda, sus manos dedujeron sus leggins hasta poco más arriba de sus rodillas, el mismo movimiento apresurado para dejar en la misma posición su ropa interior.
Bajo el cierre de mi pantalón, y con sus manos sustrajo mi pene, se pego haciendo que su piel roce la mía, comenzó a besarme girando su cabeza sobre su cuello sin la necesidad de pegar su pecho al mío, me jalo contra la piel rosada pálida de su trasero desnudo, doble mis rodillas para encontrar el modo de penetrarla sin hacer mayores malabares. Me guio con sus dedos hasta la profundidad de su entrepierna, de pronto estaba dentro suyo, fuera de casa.
Aun nos besábamos, ella movía sus caderas acercándolas y alejándolas de la pared, sus manos tomaban mis manos, sus labios mordían los míos y el frio de la noche en la calle se disipaba junto con el pudor de un muchacho reprimido.
Parecía que sus gemidos trataban de decirme algo, no entendía sus palabras semimudas, su expresión de placer y algo que no lograba descifrar. Entonces la habitación del segundo piso a mis espaldas se ilumino, me congele en medio de tanto fulgor, ella no pretendió detenerse, entonces al ver que nadie aproximaba su inoportuno rostro por la ventana seguimos con nuestro jamming en la vía publica. Sudamos juntos mientras jugábamos a conocernos, sus gemidos se hacían cada segundo incontenibles, sus movimiento de caderas invito a las mías a hacer de nuestro juego un juego algo más rudo. Entonces exultantes besos se unieron mientras ella humedecía sus piernas y yo me rendía ante su luz.
Acomodamos nuestras prendas y seguimos el camino a mi cama, para tratar de descansar juntos.

martes, 4 de octubre de 2011

Y volvió a suceder

Hora de almuerzo, regresaba a casa después de haber realizado distintas operaciones por el centro de la ciudad, llegue a la puerta del condominio, me quede dialogando con el portero, un gran amigo debo decir, de pronto, una chica cruzó la puerta, exactamente era ella, la chica que ayude con el estrés.

Se me acerco y saludó, correspondí al saludo cortésmente, empezamos a tomar el mismo camino, nos detuvimos en la puerta de su depa, se me insinuaba de manera provocadora, no podía contenerme y hacía lo mismo con ella. Pregunté si alguien había en su casa, sin respuesta alguna tomó mi mano y abrió una puerta y me arrastró hacia dentro.

Nos dirigimos a la sala, deje mis cosas en la mesa y ella empezó a besarme, nos besamos como si no nos hubiésemos visto en años, deje sus besos por un segundo y miré hacia la ventana que da al pasadizo del edificio, me sentía incómodo y le dije que cerrase las cortinas, ella lo hizo sin reproches, regresó hacia mí y continuamos con aquella sesión de placer que empezó días atrás.

Sin perder el tiempo, comenzó a quitarme la casaquilla que traía puesta, hice lo mismo con su bolero, la recosté sobre el sofá y con finas caricias se iba perdiendo en ese hermoso sentimiento, continué con el polo, se lo arranché y ella hizo lo mismo con el mío, quedamos descubiertos y continuaba besando y acariciando sus pechos, ella se iba hundiendo más y más en el placer del momento, se levantó del sofá y yo quede recostado, comenzó besando mi torso, baja poco a poco y besaba suavemente, empezaba a perder el control junto con ella.

Llegó al ras de la bermuda con la que me encontraba, empezó a bajarla poco a poco, continuaba besando y bajando hasta quedar yo sin la bermuda y en bóxer, empezó a acariciar mi pene por encima de mi prenda íntima; me senté, la levante y la volví a recostar en el sofá, no dudé en quitarle el pantalón, se lo arrebaté y la deje al igual que yo en prendas menores, recorrí sus piernas con besos y caricias hasta llegar a la zona púbica, su respiración se aceleraba, yo gozaba con ello, deslicé mi mano por debajo de sus bragas, ella perdió el control por completo e hizo lo mismo conmigo, me levante por un segundo para quitarle las bragas, quité sus bragas y mi bóxer, sin perder tiempo comenzamos con el coito.

Ella recostada y yo encimado en ella, los movimientos se hacían más intensos conjuntamente nuestros susurros, cansados de la misma posición decidí levantarme; me puse de pie y la tenía colgada de mi cuello, no perdíamos el ritmo y los movimientos eran más intensos, sus gemidos se intensificaban, ambos jadeábamos llenos de placer y volvimos a sofá.

Seguíamos con el acto y de un momento a otro escuché el sonar de unas llaves y me detuve, quedé frío, y di un par de pasos atrás, ella se levantó y se paró delante de mí, esperamos unos segundos y nos dimos cuenta que no era nadie que viviera en el departamento, mi susto se había pasado y continuamos, la puse en “cuatro” y retomamos el acto.

Poco a poco aceleraba más y ella gemía al mismo ritmo, mientras más rápido iba más llegábamos al clímax del acto. Tocamos el punto máximo y poco a poco nos deteníamos, quedamos quietos y ambos nos levantamos, la abracé y nos sentamos en el sofá, desnudos ambos pregunté a qué hora regresaban sus papás, a lo que respondió diciendo “vistámonos de una vez”. Ni corto ni perezoso hice caso de inmediato, buscaba mi ropa por toda la sala mientras ella exclamaba con una sonrisa llena de satisfacción - “ves, volvió a suceder” – la miré y solo sonreí.

Terminé de vestirme, cogí mis cosas y salí del departamento, no dijimos más palabras, un beso fue el adiós.

martes, 27 de septiembre de 2011

¡Tan Sexy!

El lugar era propicio, estábamos en su cómoda y caliente cama; no había nadie en el departamento así que estábamos solos, momento perfecto para empezar a jugar el peligroso juego de la seducción; y entre risas y manos traviesas empezamos desordenar su cama y a propuesta mía fue que terminamos bajo su edredón; y el edredón perfecto para tapar nuestras manos que se divertían dibujando nuestras líneas y nuestras piernas que se enredaban unas con otras y poco a poco estábamos más cerca, haciendo que el calor sea cada vez más fuerte, que las ropas sean un estorbo y haciendo que la necesidad de sentir nuestra piel sea tan fuerte e insoportable.
Y yo lo sentía ahí entre la piernas y mi respiración se aceleraba y mis manos querían arrancarle la ropa pero él me miraba tan suavemente y el tiempo se detiene y tenemos todo el tiempo del mundo, y todo está en cámara lenta; el se mueve despacio, despacito mientras beso sus labios y mis manos se meten bajo su polo; sus manos acarician mis piernas y con las yemas de sus dedos me hace vibrar sin mucho esfuerzo; y baja sus labios a mi cuello siempre moviéndose despacio, despacito; y es tan sexy, mientras besa mi cuello, su respiración sobre mi oreja hace que mi corazón se acelere aun mas; y mis piernas van atrapándolo por la cintura y el sigue moviéndose despacio, despacito; el calor es cada vez mas fuerte pero a ninguno nos interesa; y sus manos se meten bajo mi cintura y levantándome hace escapar de mi un gemido ahogado, y es tan sexy y seguimos en cámara lenta; y empezamos a movernos al mismo ritmo y despacio, despacito vamos ahogando nuestras bocas entre besos, besos apasionados, besos húmedos, besos con lengua; mientras mis manos se pasean por su espalda las suyas acarician mi trasero hasta llegar a mis piernas y volviendo a mi trasero, simples caricias que me hacían vibrar, y es tan sexy; y poco a poco y sin prisa le voy abriendo la camisa y mis manos se distraen con su pecho mientras nos besamos tan lentamente, mis manos van bajando por su pecho hasta su ombligo donde me detengo porque no quiero que todo deje de estar en cámara lenta; y el moviéndose siempre despacio, despacito y besándome sin prisa agarrándome del cuello, empieza a bajar la mano por mi clavícula hasta llegar al centro de mi pecho, y con las yemas de los dedos iba bajando mi polo hasta que mi brasier sea visible, y yo agarrando sus caderas mientras él las mueve despacio, despacito, y es tan sexy; y sus manos empiezan a contornear mis senos, empiezan acariciándolos y después los aprietan solo lo suficiente y siempre moviéndose despacio, despacito, mientras mis piernas ya no saben cómo atraparlo más, mis caderas bailan al mismo ritmo de sus caderas, y es tan sexy; y sus labios bajan por mi cuello y bajan hasta mis pechos y los besa suavemente, sin prisa, sin desesperación, los roza con sus labios mientras sus brazos me atrapan por el dorso y me levanta mientras besa mis pechos y ya no puedo mas  y es tan sexy; y sus labios van bajando y con los dientes termina de bajar mi polo, y yo ya no puedo más, y yo ahí suspendida en el aire en sus brazos mientras él se acerca a mi ombligo y lo moja con sus labios y saca la lengua y, haciendo una línea perfectamente recta, la lleva de mi ombligo al botón de mi jean y yo estoy por estallar, y es tan sexy; y empieza a hacer líneas con esa húmeda lengua por todo mi vientre mientras sus manos luchan silenciosamente con el broche doble de mi brasier y yo estoy a punto de estallar; y sus labios llegan a mis pechos y sus manos logran liberarlos del cruel brasier y los besa, los lame, los muerde y es tan sexy; y ahora su pecho y mi pecho palpitan juntos, pegaditos y sudados por tanto calor que hace bajo ese edredón y sus labios vuelven a los míos y algo en el ha cambiado, su mirada es diferente y sus besos tienen otro sabor, sus manos ya no dan caricias, sus besos ahora son mordidas y mis manos se aventuran en sus pantalones y sus manos intentan arrancarme la piel y yo lo siento en las manos, tan duro y tan grande y el lleva su mano entre mis piernas y siente el calor que de mi sale entonces en un ademan idéntico cada uno va por el botón del otro y casi arrancándolo logramos cruzar esa línea entre el juego y la realidad, los jeans se hacen complicados de sacar por el sudor y la desesperación del momento, pero nunca imposible; y estábamos ahí en ropa interior uno sintiendo al otro, y el ritmo había cambiado, era más rápido , más salvaje,  y nuestras manos apretaban con fuerza el cuerpo del otro hacia uno y ya no podíamos mas, ya no podíamos seguir postergándolo y nuestras manos sin necesidad de instrucciones especificas nos quitaron las únicas prendas que aun llevábamos puestas pero una vez desnudos y tan cerca, no nos apresuramos porque él entre en mi, respiramos un momento y nos miramos llenos de placer y volvimos a la cámara lenta; y el entro lentamente y yo quebraba la espalda al sentir cada centímetro suyo entrando  en mi; y los gemidos y sonidos ahogados salieron sin poder silenciarlos y mientras sus brazos me apretaban contra él y mis brazos se aferraban a su cuello y el se movía despacio, despacito y era tan sexy; y en cámara lenta sudamos uno sobre el otro, moviéndonos despacio, despacito y al mismo ritmo, como perfectos compañeros de baile, como si hubiéramos nacido para este momento y este placer, despacio, despacito; mis piernas lo atrapaban y acercaban aun mas a mí, no dejando que ni un centímetro suyo se quede fuera mío, y el pasaba sus brazos por debajo de mi cintura y me levantaba y era el lugar exacto el que tocaba dentro mío y sin poder evitarlo algo en mi exploto conjuntamente con mis gemidos, gemidos que colaboraban a que él se excite aun mas y también exploto conmigo; los dos con ruidos ahogados y con las bocas secas, completamente mojados y muertos por el calor y cansancio; terminamos abrazados sin querer dejarnos ir; sin prisa ni desesperación nos besamos y reímos…y el era tan sexy!