liga de la lujuria

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lunes, 26 de septiembre de 2011

Una tarde de Desestres

Una de las últimas tardes de clases, hacia un trabajo con un amigo,, pasaba el tiempo y el trabajo iba quedando poco a poco mejor, hasta que terminamos y mi amigo se retiró, entonces decidí abrir una web 2.0, exacto, el bendito y fantástico FACEBOOK.

Busque entre mis contactos y un mundo de mujeres en línea se encontraban, empecé a hablar con unas cuantas, y me di con la sorpresa de que una amiga, con la que ya había tenido pequeños roces, se encontraba en línea, “hola”-le dije- respondió inmediatamente diciendo “hey tú, te perdiste”. Una manera un tanto rara de empezar a dialogar, continuamos hablando y pregunte como se encontraba, me respondió que se encontraba “estresada”, respuesta que de inmediato desato una sonrisa en mi rostro y le propuse ayudarla con eso, “te ayudo a desestresarte, ¿qué dices?” Dije yo.

La respuesta se hizo esperar, pensé en recibir un no, pero cuando ésta llego, decía “¡claro!, pero, ¿cómo lo harás?”, empecé a meditar en un lugar para poder citarla y, para mi buena suerte, mi padre salió de su habitación, me dijo que iba a salir por motivos de trabajo, sonreí y le dije que vaya con cuidado, para no levantar sospechas, aunque en realidad me levantaría a la chica.

Inmediatamente mi padre salió de casa, le dije a la chicha que si podría subir, ella accedió; comencé a alistar y preparar todo, en realidad metía mi ropa donde hubiera espacio. Continuaba limpiando el ambiente y se me ocurrió ir al mini depa que se encuentra en el piso superior de mi casa.

Escuche tocar la puerta, salí y ahí estaba ella, con tan solo un cálido beso en la mejilla le dije para ir a la parte superior, ella accedió sin pero alguno. Entramos al mini departamento, empecé por tomarla de la cintura, mientras la conducía hacia la habitación, entramos en ella y comenzamos con las caricias y a envolvernos en besos llenos de pasión, la cargué hasta la cama, le quitaba poco a poco la ropa, ella hacía lo mismo, llegue a descubrirle el pecho y en él me encapriché, empezó a gemir llena de erotismo, poco a poco le quité el pantalón y todo lo que ahí abajo se encuentra, hizo lo mismo conmigo; envueltos y llenos de pasión y erotismo emprendimos juntos el camino de ser uno en cuerpo.

Un fuerte y agudo gemido dio alerta a que el camino había concluido, ambos jadeando de cansancio y con una sonrisa en el rostro nos deteníamos lentamente, hasta quedar completamente quietos.

El silencio invadía la habitación completamente, ambos nos levantamos de la cama y comenzamos a vestirnos, intercambiamos unas cuantas palabras, hasta salir del departamento y, así como llegó se fue, solo que añadió “se repetirá”….

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